Este ferrocarril de vía estrecha y tracción a vapor empezó siendo un tren minero que a principios de siglo transportaba hierro de las minas de Plazaola, hasta Andoain (Gipuzkoa).
En 1914 el Plazaola se transformó en tren de viajeros que comunicaba Pamplona y San Sebastián, las dos capitales vecinas.
Durante sus cuarenta años de funcionamiento fue una ruta comercial y de comunicación entre Navarra y Gipuzkoa así como eje de intercambio cultural.
Las riadas de 1953 y la dura competencia de las líneas de autobuses hicieron que en 1958 se desmantelaran las vías dejando una profunda huella en el paisaje.